El marketing es tu pasión y quieres vivir de ella. Es el momento de emprender y trabajar en lo que te gusta, de ser dueño de tu tiempo, de cumplir tus sueños. Toda una aventura.

via GIPHY

Como buen marketero, te cuelgas la mochila y emprendes tu viaje. Te sientes feliz y caminas ligero, disfrutas del camino y sueñas con llegar a un maravilloso destino; quién sabe lo que te espera.

Hasta que llega el primer chaparrón… has perdido mucho tiempo aprendiendo a hacer algo que no es lo tuyo… Pero, no pasa nada. ¡La lluvia es maravillosa!

via GIPHY

Además, la próxima vez no te mojarás porque estarás preparado.

Entonces te apuntas a muchas formaciones para mejorar y sobrevivir, formaciones que resultan ser deformaciones, porque en la siguiente tormenta…

via GIPHY

Te mojas aún más. No entiendes nada, otro tropiezo.

¿Qué es lo que ha pasado? Pues que has apostado por la formación pero sin tener claro lo que realmente necesitas, con lo cual, todos tus esfuerzos han sido inútiles.

La tercera tormenta ya es aún peor. Te pilla totalmente desprevenido: tu primer cliente tóxico.

via GIPHY

Ese cliente que te roba tu tiempo, te manda mails interminables, whatsapps a las 11 de la noche, te exige mucho y sin descanso siempre pone pegas, paga poco y tarde… ¿te suena?

Esto no va nada bien…

Trabajas horas y horas. Sin descanso. Te sientes solo. No avanzas.

via GIPHY

En estos momentos piensas:

-Me lo parece a mí, ¿o este camino es más complicado de lo que parece?

via GIPHY

Y por mucho que te esfuerzas, no puedes evitar los tropiezos, o mejor dicho, las falsas creencias:

via GIPHY

  • Crees que por tener clientes ya tienes un negocio.
  • No te preocupas por buscar nuevos clientes, uff qué perdida de tiempo, seguro que van llegando.
  • Un buen día, te falla un cliente… y llega la desesperación.
  • Crees que trabajar solo es ideal, que no necesitas trabajar en equipo.
  • ¿Delegar? ¿Qué es eso?
  • Crees que tú puedes con todos los servicios y sabes de todo. Te estás formando para ello, ¿no?
  • Eres “multitasking” y “multinading”. Bueno, mañana lo termino…

Según avanzas, tu mochila te pesa cada vez más.

via GIPHY

  • Tus clientes no valoran tu trabajo, porque tú tampoco te valoras a ti.

A veces resulta hasta surrealista. Trabajas con la agenda de tus clientes, en lugar de la tuya… no tienes control ni capacidad de decisión sobre tu negocio, ¿o sí?

Querido cliente: ¿me pides un plan de Social Media, pero me estás diciendo que no crees en las redes sociales?

Querido cliente: esto no es un resort con todo incluido. Lo que no está en el presupuesto, no entra gratis.

Y quién te iba a decir, que en vez de emprendedor ibas a ser bombero.
Te has vuelto un especialista en apagar fuegos.

Además, las zapatillas empiezan a hacerte daño, duele estar en tus pies…

Tus pies empiezan a resentirse porque:

  • Has realizado una mala gestión financiera: tus ingresos no se corresponden con todo el trabajo que has realizado..
  • Has calculado mal los presupuestos porque no sabes poner precio a tu tiempo ni a tus servicios.
  • Hacer rebajas de tus servicios ya forma parte de tu día a día…
  • Así que de subir precios, ni hablamos… pánico total.

via GIPHY

A estas alturas, ya no sabes dónde estás.

via GIPHY

Caminas sin rumbo.

  • Tu trabajo es tan incierto que o no llegas, o no tienes nada que hacer.
  • No mides tus acciones para saber si tus proyectos son rentables.
  • No tienes un sistema de captación continuo de clientes.
  • Te falta una estrategia de negocio
  • No tienes un posicionamiento claro.

Necesitas hacer un alto en el camino.

STOP

Lo primero que has de saber es que no estás solo. Somos muchos los que hemos hecho ese camino, con nuestros más y nuestros menos. Ya lo conocemos.

via GIPHY

Todo es cuestión de un cambio de mentalidad y de forma de trabajar.
De tener un mapa que te guíe, un objetivo claro: un destino. Que seas consciente de cada paso que des, y que sepas que todo tu recorrido tiene un valor.
Que busques compañeros de viaje que te apoyen en tu aventura, con los que colabores y compartas tu experiencia.

Al final, emprender es tiempo y dinero. Por esta razón, es importante decidir a qué vas a dedicarlo y en qué vas a invertir: si vas a focalizarte en lo que de verdad importa, o vas a perderte de nuevo.

Necesitas tiempo para definir tu estrategia; necesitas medir y analizar, para mejorar; necesitas saber a dónde quieres llegar y cómo lo vas a hacer.

Seguro que alguna de estas situaciones te han resultado familiares y has tenido estos tropiezos en tu camino emprendedor…

Emprender significa aprender, y sí, vas a tener tropiezos; es inevitable.
Pero ¿y si te pudieras evitar algunos?

Cuéntanos ¿qué tropiezo es con el que te sientes más identificado?

Share This